Más clientes, mejor logística de transporte
Un elemento diferenciador de las empresas
David Somoza Mosquera
Un aspecto que es clave para los negocios es que el producto llegue a los clientes en buen estado y a tiempo. Y aquí entra en juego la logística de transporte, que es crucial para el éxito de las empresas.
Este aspecto es prioritario para las compañías y de allí que se le dé mucha importancia a la marcha óptima de la cadena de distribución. De hecho, la logística de transporte y reparto de los productos es un elemento diferenciador entre las empresas que intentan a toda costa satisfacer al máximo a sus compradores.
Hay que recordar que si bien el avance de la tecnología digital ha revolucionado las compras; sin embargo, el producto llegará de forma física a través de algún medio de transporte. En otras palabras, las tiendas online pueden realizar la transacción de forma virtual, más no la entrega final de los artículos adquiridos por los cibernautas.
Con el aislamiento por el COVID-19 se incrementaron significativamente las compras online y las empresas eficientes respondieron gracias al mejoramiento de sus logísticas de transporte y distribución de mercancías. Y esas también son las que hoy tienen una clientela cautiva.
No obstante, la nueva realidad ha cambiado el concepto tradicional de llevar un producto de un lugar a otro, por el de un traslado que siempre tiene como norte la satisfacción del cliente.
Esto garantiza la lealtad de los compradores cada vez más exigentes, pero también multiplica la posibilidad de ganar nuevos debido a la recomendación a otros de la marca sobre su seriedad y confiabilidad en la entrega.
El éxito de la compañía está en manos del transporte logístico, al permitir que la mercancía recorra todas las etapas de la cadena de suministro incluyendo la de la entrega del último kilómetro.
Aquí la tecnología es de gran ayuda para planificar eficazmente las rutas, gestionar los flujos y el tiempo de traslado desde el centro de producción hasta el consumidor final.
El objetivo primordial es que el producto llegue a su destino y complazca al cliente, lo cual se traducirá en confianza en la imagen y reputación de la marca y, por ende, de la empresa.
