Productividad y calidad: el binomio de oro
Abordadas juntas permiten mejorar los resultados empresariales
Todavía existe la creencia de que la productividad y la calidad son conceptos que van cada uno por su lado, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que están estrechamente unidas y conforman una filosofía de trabajo que implica disciplina y constancia para lograr mejorar los resultados económicos, operativos y de relación con los clientes.
La relación entre la productividad y la calidad es positiva y directa, contrario a lo que anteriormente se manejaba en los negocios de que el tiempo y los recursos dedicados a realizar hacer revisiones bajaba los esfuerzos directos en producción.
De hecho, la práctica ha demostrado que a más calidad se reducen los costos por la disminución de errores, averías a solucionar y reclamos de los clientes. La calidad marca la excelencia de las operaciones y de los productos y servicios que se ofrecen a los consumidores, lo cual redunda en un aporte de valor agregado.
El mercado actual se desenvuelve en un marco globalizado y de gran competencia para conservar y captar clientes, los cuales son cada vez más exigentes y están más informados.
En este contexto, la productividad y la calidad están mucho más entrelazadas, por lo que las empresas deben tener métodos eficaces de control, evaluación y medición de sus estrategias de mejoras continuas de calidad y de productividad.
Para ello, las compañías utilizan indicadores objetivos de producción de unidades específicas y costos asociados de mano de obra, materiales, gastos en infraestructura y logística, entre otros elementos.
En este punto surge la pregunta: ¿cómo fusionar la productividad y la calidad? Una premisa importante es que las empresas deben entender estos dos conceptos como una oportunidad para integrar sistemas y modelos de mejoramiento continuo en sus esquemas organizativos y en los distintos circuitos y procesos, a través de acciones de detección sistemática de errores y áreas mejorables.
Uno de los beneficios de este abordaje para las empresas es el ahorro de los costos debido a que se evitan los defectos. Asimismo, se mejoran los niveles de producción aumentando la productividad, además de generar una opinión pública de prestigio de la marca gracias a la satisfacción de los clientes.
Todo lo antes expuesto revela la necesidad de que en las compañías surjan constantemente estrategias para garantizar la calidad y la mejora continua de los productos, donde en la eficacia de los equipos de trabajo de la empresa es fundamental.
Al final, la productividad y la calidad se convierten en el binomio de oro.