Una premisa de las empresas: evaluarse para mantenerse competitivas
David Somoza Mosquera
La globalización, los avances tecnológicos e industriales y los vaivenes de la economía mundial presentan nuevos desafíos para las empresas, son factores que las obligan a estar en constante evaluación para mantenerse competitivas en un mercado cada vez más feroz. La premisa es: reinventarse o desaparecer.
Sin embargo, para hacer esas revisiones es necesario que las organizaciones tengan un conocimiento profundo de las tendencias y las dinámicas del mercado, para así determinar qué estrategia implementar para lograr una mayor satisfacción del cliente. Esto no solo dará mayor rentabilidad a la compañía, sino que fortalecerá y consolidará la marca de cara al futuro para crecer y explorar otros nichos.
Para aumentar la satisfacción de los consumidores, las empresas deben tener en cuenta que el entorno actual es cada vez más personalizado. En este sentido, hay que tratar de saber más sobre el cliente ya cautivo y al que se le quiere conquistar. ¿Cuál es la reacción de ellos al comprar un producto?, ¿qué imagen tienen de la marca?, ¿con qué asocian a la empresa?, son interrogantes que no hay que perder de vista.
Responder estas preguntas es fundamental para que la compañía pueda solucionar sus defectos y posicionarse como un negocio que realmente deja satisfechos a sus compradores.
Como parte esas evaluaciones, también es fundamental para las empresas optimizar los procesos de trabajo, es decir, invertir en productividad, crear una estructura de procedimientos y coordinar equipos de trabajo para que realmente se puedan conseguir los objetivos trazados.
No hay dudas de que lo que no se mide, resulta muy difícil de mejorar. De ahí que empresas apuesten por herramientas, como el control de presencia y gestión de recursos humanos, las cuales les permite acometer ese objetivo.
En el proceso de reinventarse, las compañías deben que buscar la innovación y el desarrollo de nuevos productos, pues algunas que dependen única y exclusivamente de proveedores y no desarrollan sus propios productos tienden a quedarse rezagados en el mercado. En otras palabras, una compañía que quiera ser competitiva tiene que ser innovadora.
Así que evaluarse nunca está demás, sobre todo, si la intención de las empresas es posicionarse en el mercado por encima de sus competidores.